Gracias, políticos.
Gracias, empresarios sin escúpulos.
Gracias, sindicatos vendidos.
Gracias, bancos avariciosos.
Gracias, UE.
Gracias Zapatero, gracias, Rajoy.
Gracias Merkel.
Gracias, jefes analfabetos.
Gracias, patrones ignorantes.
Gracias, ministros patanes y secretarios de Estado gañanes.
En definitiva, a todos esos estómagos agradecidos, vagos, inútiles, y orgullosos de ello, y a quienes toleran a semejantes chupapollas: gracias por las ostias que nos estamos llevando. Y por las que nos vamos a llevar.
Pero queda un agradecimiento. El más triste, y el que más miedo da.
Gracias, pueblo indiferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario